En un futuro cargado de innumerables géneros humanos, donde el autismo voluntario está permitido, los hombres cambian su genética a voluntad, la farmacia se ha convertido en un pequeño aparato del tamaño de un móvil que suministra los productos para regular la bioquímica del cuerpo, puede parecer que no haya espacio para la sorpresa. Pero más allá de todo lo que se pueda imaginar, en los primeros compases de la novela ya nos sorprende con un interrogatorio a un cadáver víctima de un asesinato.
El título en inglés: Distress, Angustia, Es mucho más significativo que el elegido para españa: El Instante Aleph, que además te da una pista de la trama. Angustia, una extraña enfermedad que afecta a la humanidad y que nadie sabe que la produce. Me gustaron mucho las explicaciones científicas, todas con un tono racionalista, pero algunas veces me ha dado la sensación de estar leyendo una verborrea inextricable.
En definitiva, es una novela negra ambientada en un futuro hipercapitalista donde como no podía ser de otra manera, existe su antagonista situada en la artificialmente idílica isla de Anarkia, el sueño de cualquier hackers y donde se concentran los que quieren escapar del control corporativista del mundo.
Los protagonistas: un periodista , Andrew Worth, especializado en divulgación científica, con un curioso y avanzado método de grabación, una física de partículas en busca de la Teoría de Todo, un/a seguidora de un extraño culto a la ciencia ortodoxa, corporaciones con poder por encima de los estados y sectas científicas, muchas sectas. En definitiva, un inquietante y capitalista futuro con sorpresa final.
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